domingo, 11 de mayo de 2008

El verdadero marxismo de Mariátegui

Los debates doctrinarios en el marxismo, tan prolongados y al parecer direccionados a mantener la pureza de la ideología, sin embargo han sido más que desvaríos inútiles en función de materia científica (y también en el aspecto ideológico). Los dogmáticos, han olvidado el sentido teórico-objetivo insertando la política y caracteres subjetivos sobre la teoría misma.
Artículo de Roberto Bázan Ferrer, estudiante del segundo año de la escuela de Ciencia politica de San Marcos.
La corrupción de los métodos por aspectos puramente subjetivos, a lo cual el marxismo por su carácter materialista deploraría, ha conllevado a la ruina general del análisis de interpretación social por causa de sus propios adeptos. No se entrará en detalle acerca del cambio cualitativo en el desarrollo de la tesis de Marx <> al <> Marx, entre los cuales se distinguen, los saltos del Marx, “subjetivo” al “objetivo”, pues la problemática como ya se mencionó, ha sido farragosa e inútil.[1]
Nuestro problema será entonces determinar el sendero que toma Mariátegui, en función al método aplicado para el estudio de la realidad peruana, su carácter heterodoxo, y no en sí la validez de sus argumentaciones[2]en función de sus temas de escrutinio, sino que de acuerdo a las fuentes llegar a su tesis central que se muestra subrepticia en sus escritos, muy contraria a su afirmación explicita: “Me ha correspondido a mí, marxista convicto y confeso, su constatación…”[3]
Lo cual genera un clima de contradicciones, y no precisamente de raigambre dialéctica, sino que responden a absurdos en el marxismo que señalan y abren camino a la tesis mariateguista, deslindando del marxismo ortodoxo. Y estos vacíos han sido poco comentados por el análisis “profundo” del materialismo histórico o marxismo.
Señalando Mariátegui claramente que solamente el verdadero marxismo es de carácter revolucionario: “el marxismo, donde se ha mostrado revolucionario—vale decir donde ha sido marxismo—no ha obedecido nunca a…”[4]
Mariátegui llega a conclusiones vertiginosas, no entendiendo él mismo la categoría reivindicacionista nacional que inserta en su estudio: “la penetración de ideas socialistas, la expresión de reivindicaciones revolucionarias, entre los indígenas, han constituido a pesar de estas vicisitudes… grupos de intelectuales y artistas” [5]
El marxismo de Mariátegui de esta forma se desenvuelve con confianza y rigidez en sí mismo de su carácter ortodoxo y doctrinal: “La crítica marxista tiene la obligación impostergable de plantearlo en sus términos reales, desprendiéndolo de toda tergiversación casuista pedante…”[6]
Orgulloso del camino que sigue como lo señala: “la teoría y la política de Marx se cimentan invariablemente, en la ciencia y no en cientificismo”[7], y sin entender él mismo el apoyo del marxismo en la ciencia, y el carácter objetivo de este, involucra de manera estrepitosa y descarada una inyección de su ideología como lo señala en su advertencia de los siete ensayos: “Otra vez repito que no soy un crítico imparcial y objetivo, Mis juicios se nutren de mis ideales, de mis pasiones. Tengo una declarada y enérgica ambición: la de concurrir a la creación del socialismo peruano”[8].
De acuerdo a los aspectos señalados es evidente que Mariátegui no hace una división objetiva, no distingue al marxismo como método dialéctico y al marxismo dogmático, el marxismo como método se distingue evidentemente del marxismo dogmático Y el fracaso de la continuidad del método marxista objetivo demuestra sus diferencias, la demanda por este ha visto la necesidad de plasmar sus principales argumentos en el neopositivismo, pues hay que señalar que el positivismo fue hermano del materialismo dialectico, por lo tanto aquel posee elementos evidentes del materialismo histórico. Y como consecuencia tenemos que la presentación de los argumentos mariateguitas obedecen a aspectos de doble filo: uno, en función de su fe e ideología, otro que arranca y quiere despojarse de esta y muestra el carácter objetivo-científico.
Tal vez la gastada frase y falacia a la vez del creador del materialismo y empiriocriticismo: “sin método revolucionario, no hay práctica revolucionaria”, haya influido sobremanera y sugestionado a nuestro autor peruano, lo que nos da como consecuencia un acercamiento a lo que era para Mariátegui el socialismo-marxismo, nada más que una estirpe de híbrido. Entre el mismo marxismo dogmático y el marxismo como método de análisis objetivo y galimatías reivindicacionistas.

El nacionalismo en Mariátegui
Desde aquí se ha venido trabajando en este artículo para captar lo más profundo del pensamiento mariateguista evitando toda lectura superficial. De esta manera se ha observado que toda la lectura del marxismo de Mariátegui presenta una tensión constante entre la lucha por construir una tradición nacional con el programa y punto de vista internacionalista.
Al estudiar el desenvolvimiento del carácter nacional de Mariátegui, es muy importante observar el análisis global; pues es más que evidente que los argumentos mariateguistas a favor de la categoría nacional son rotundamente efectivos, pero el entendimiento de estos es solo posible con una visión general y no fragmentaria, consecuentemente ha sido también lo que ha hecho de Mariátegui un hombre vivo en el siglo XXI y ha permitido que sus escritos se conserven y proyecten, mas no la categoría y el análisis de Mariátegui desde una óptica marxista-socialista-dogmática, Lo cual es muy recurrente por parte de los intelectuales de esta estirpe, para condicionar la permanencia en el país de una ideología ya extinta.
Y no solo es la tensión constante de reivindicación de lo nacional con fundamentos internacionalistas, sino la cultura, raza e identidad. Es decir en el seno del razonamiento mariateguista, en el clímax de su tesis, se encuentra uno de los más bellos ejemplos de amor a la cultura y nación. De esta manera José Carlos Mariátegui haciendo uso del materialismo dialéctico reivindica la raza y cultura andina[9], es decir nos reivindica a nosotros como nación.
El nacionalismo en Mariátegui muy contrario a su postura marxista no es explícito, las veces que señala el aspecto nacional siempre lo involucra dentro del socialismo-marxismo y jamás de manera independiente:
“…proclamamos que este es un instante de nuestra historia en que no es posible ser efectivamente nacionalista y revolucionario sin ser socialista, de otro lado no existe en el Perú, como no ha existido nunca…”[10] .
Al encontrar Mariátegui los problemas fundamentales de la estructura peruana bajo el análisis teórico marxista queda en evidencia el carácter contingente de la consecuencia de sus investigaciones, esto queda reducido ah el esfuerzo por rescatar la identidad de una nación, su cultura e ideología. A José Carlos Mariátegui se le suele involucrar con Mao tse tung, Lenin, Stalin y con mucha más razón con Carlos Marx. Sin embargo en términos estrictos del marxismo las relaciones existentes entre el estalinismo y la tesis central de Mariátegui son un tanto análogas y explicaré hasta donde podemos hallar en Mariátegui elementos análogos con el estalinismo, lo cual fortalecería mi hipótesis de la fuerza y predominancia de la categoría nacional-reivindicatoria en Mariátegui por encima de su misma categoría marxista-socialista evidentemente expresa. La demostración de este argumento la encontramos en 1929 justamente cuando el partido comunista de la unión soviética (PCUS) se encontraba dividido entre luchas intestinas: por un lado León Trotsky con la revolución permanente y por el otro; Stalin con su socialismo en un solo país.
Mariátegui tomó posición sobre este enfrentamiento en un artículo publicado en el 23 febrero de ese mismo año en la revista “Variedades” titulado “El exilio de Trotsky”. En este artículo Mariátegui no se olvida de resaltar la importancia de Trotsky en el proceso revolucionario ruso, y también que representaba la "ortodoxia marxista" y el sentido "urbano, obrero e industrial" de la revolución socialista. Incluso señala de manera puntual que sin la crítica necesaria al régimen socialista, este podía degenerar. Sin embargo en un punto muy resaltante señala de inconsistente el programa de la Oposición y apuntaba que la revolución rusa estaba en un período de organización nacional, en el cual no era lo central el establecimiento del socialismo a escala internacional, sino realizarlo en Rusia.
A pesar de su gran admiración por Trotsky, que manifestaba en el artículo, para Mariátegui Stalin representaba y era parte de una camada de hombres que captaban más profundamente el carácter nacional y los problemas políticos que en ese momento tenía que afrontar la Revolución Rusa.
Lo palmario en Mariátegui y lo consecuente en el es precisamente este aspecto, la categoría nacional, con lo cual deslinda de la postura internacionalista, claro, hasta cierto punto. Pues no podemos obviar el carácter explicito y evidente del pensamiento internacionalista de Mariátegui[11].

Y algo singular respecto a esta postura podemos encontrar en uno de sus libros:
“cuando se supone a la juventud seducida por mirajes extranjeros y por doctrinas exóticas, se parte, seguramente, de una interpretación superficial de las relaciones entre el nacionalismo y socialismo. El socialismo no es, en ningún país del mundo, un movimiento anti-nacional.”[12]
De esta forma establecemos y sacamos a la luz que Mariátegui no solo posee para cada elemento constituyente una dosis de nacionalismo a su socialismo, sino que muchas veces aquel es determinante.

[1] GAJO PETROVI´C, Marxismo contra Estalinismo: Marx en la primera etapa del siglo XX (Barcelona: Editorial Seix Barral, S.A., 1970), 37.
[2] Los artículos desarrollados en torno a Mariátegui, siempre giran en función de demostrar la validez de sus argumentos, así por ejemplo Gabriel Lanese o Marcel Velázquez Castro, escriben opuestamente sin embargo ambos acerca de la veracidad de Mariátegui.
[3] Mariátegui José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, ed. 33(Lima: Editorial amauta, 1976), 62.
[4] Mariátegui José Carlos, Defensa del marxismo (lima: Editorial Amauta, 1959), 56.
[5] Mariátegui José Carlos, Ideología y Política, ed.7 (lima: Editorial Amauta, 1975), 42.
[6] Mariátegui José Carlos, Ideología y Política, ed.7 (lima: Editorial Amauta, 1975), 21.
[7] Mariátegui José Carlos, Defensa del marxismo, (lima: Editorial Amauta, 1959), 41.
[8] Mariátegui José Carlos, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana, advertencia, ed. 33(Lima: Editorial amauta, 1976).
[9] Los elementos reivindicacionistas que señala Mariátegui para con la cultura andina son algo análogos al ultra nacionalismo andino cuya tesis principal es planteada por su ideólogo Fausto Reinaga. La producción intelectual de Fausto, tiene tres etapas muy marcadas: la primera marxista-indianista, muy similar a la de Mariátegui. que obedece a su euforia socialista, pensando que el comunismo liberaría a su raza, porque era “un escritor comprometido en el destino del hombre autóctono”; la segunda, asumiendo una actitud crítica del marxismo inicia su rumbo hacia un indianismo radical, con la fuerza de ser la carne y la conciencia misma de la causa del indio. Habla de él, pero no le habla a él. Le habla del indio de frente, cara a cara. Su palabra es la voz apostólica del “indio puro “clamando la reconquista del tawantinsuyo”; y la tercera etapa es la universalización del pensamiento indio como única opción para salvar a Bolivia y a la Humanidad del desastre total. Ver la revolución india de Fausto Reynaga.
[10] Prologo de tempestad de los andes de Valcárcel
[11] Las Conferencias que dictó en la UP González Prada, recogidas en el volumen Historia de la Crisis Mundial, demuestran la preocupación de Mariátegui por el aspecto internacionalista.
[12] Mariátegui José Carlos, Peruanicemos al Perú, sexta ed. (Lima: Editorial Amauta, 1980), 74.

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