martes, 15 de julio de 2008

Guerra de mudos

Por Carlos Iván Degregori
"(Sobre el actual rector) una crisis administrativa generalizada, un desastre académico en muchas facultades y la desaparición de San Marcos de la escena pública y el debate nacional".

Es evidente a estas alturas que el alcalde Luis Castañeda encuentra serias dificultades para pasar de escaleritas amarillas a anillos viales y otros proyectos de envergadura metropolitana. Es también indudable que su mutismo resulta cada vez más insostenible. En estos días, el alcalde mudo se enfrenta sin decir palabra al rector mudo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El motivo: las obras del intercambio vial entre las avenidas Universitaria y Venezuela.

Es triste reconocerlo pero, en el plano legal, el principal responsable de la situación en la que se encuentra San Marcos, que pierde amplios terrenos de su campus y queda en los últimos días desguarnecida y sin muro perimétrico, es el rector Luis Izquierdo, exitoso oftalmólogo que en mala hora tuvo la ocurrencia de adornar su currículo con el título de rector de San Marcos, sin tener idea de cómo gobernarla.

EL RESULTADO: una crisis administrativa generalizada; un desastre académico en muchas facultades; el desmontaje de mucho de lo logrado durante la anterior administración del historiador Manuel Burga, entre ello la desaparición de San Marcos de la escena pública y el debate nacional. Y en lo que se refiere al conflicto con el municipio, una negociación débil, que no supo tomar en cuenta ni los derechos de la universidad ni la sensibilidad de estudiantes y profesores, y la firma de convenios de espaldas no solo a esa sensibilidad sino al asesoramiento de instituciones especializadas como la Universidad Nacional de Ingeniería.

Es cierto que en situaciones normales las diferencias deben resolverse a través del diálogo y por los cauces legales. Pero cómo dialogan el alcalde mudo, que mete tractor un domingo de madrugada -cuando ya sabe que la situación se ha tornado explosiva-, con el rector balbuceante que dos días antes huye de una Asamblea Universitaria para no tratar el problema y que cree resolver los cuestionamientos a su gestión incorporándose a una amplia movilización de sanmarquinos. Recién entonces, Izquierdo pide públicamente el diálogo mientras la comunidad universitaria vive el suspenso de no saber cómo dialogará un gobierno universitario mudo y sordo a los reclamos de sus representados.

LOS PAGANOS: la comunidad universitaria y, en especial, la inmensa mayoría de estudiantes, para los cuales que los tilden de "terroristas" debe sonar tan exótico como si los llamaran pierolistas o realistas; los trabajadores de las obras, que en defensa de sus puestos de trabajo acaban haciéndole el trabajo sucio al mudo del Palacio Municipal; y, por supuesto, los vecinos y los limeños en general, que ven cómo las obras de San Marcos se suman a las revisiones técnicas, el zanjón y la cantidad de obras sin terminar o a medio hacer, que revelan la ineficacia y las maneras autoritarias de la alcaldía metropolitana.

Ojalá la invocación de la Defensoría del Pueblo y del Colegio de Ingenieros de Lima haga el milagro y las máximas autoridades de una ciudad y una universidad con casi cinco siglos de existencia se pongan, por una vez, a la altura de las circunstancias y logren una reformulación del proyecto que sea satisfactoria para todas las partes.

Un post sobre el Conflicto en San Marcos


El Jorobado de Notre Dame hace un breve análisis sobre las protestas de los sanmarquinos. Una lectura interesante. No obstante, con algunos errores.
Carlos Meléndez, administrador del blog "El Jorobado de Notre Dame" hace una análisis, que a pesar de la teoría desplegada, no pasa de ser epidérmico. En estos dos post aborda el conflicto en San Marcos, en el primero que publica cae en un prejuicio del cual se sacude en su segundo post.
En su primer post.
Meléndez propone cinco elementos para analizar la protesta de los sanmarquinos. Menciona: Los recursos (el tiempo libre para movilizarse), la tradición (“know-how” de protesta), la justificación (causa justa) y la Oportunidad (aprovechar la oportunidad política). Luego Carlos desarrolla los puntos señalados sin contrastarlos con información histórica ni datos concretos del conflicto.
Lo que produce es una lectura distante, de gabinete. Un análisis epidérmico que intenta amoldar a un chek list una realidad compleja y con un denso pasado. De los elementos citados y desarrollados por Meléndez para analizar la última protesta de los sanmarquinos, me concentraré con "La tradición de protestar", con el cual discrepo. El resto no merece mayor atención. Veamos, Carlos sostiene que:

"los dirigentes (de las universidades públicas) tienen la habilidad –conseguida en base a una vasta experiencia—y el conocimiento práctico para armar una movilización efectiva. Saben de tácticas, de estrategias, de cómo poner en marcha el aparato y la maquinaria: desde las consignas hasta cómo armar una molotov."

Desde esta lógica, la Universidad San Marcos es, entre otras cosas, un espacio de formación de agitadores sociales donde los jóvenes pueden aprender a armar una bomba casera, siendo los años de violencia política la cúspide de esta pedagogía de la protesta violenta. Esta tradición colaboró a que la última protesta estallara en violencia y representaría una constante para futuros escenarios de conflicto. Esta descripción de supuestos revela un imaginario donde la comunidad sanmarquina contiene estudiantes generalmente politizados, quienes andan mirando en los rincones de la universidad en busca de algún un motivo para protestar.

Mito, no verdad. En primer lugar. Es cierto que en San Marcos existen referentes simbólicos que movilizan a los estudiantes, incentivándolos a que participen en alguna protesta social y en política en general. Estos referentes son las movilizaciones estudiantiles de 1919, la lucha contra las dictaduras, entre otras. No obstante, hay que considerar la situaciones real. La gran mayoría de estudiantes que participó en las últimas manifestaciones lo hicieron en virtud de diversas organizaciones de cachimbos que no permitieron a los grupos radicales tomar la dirección de la protesta. Actualmente la tendencia es esa, una progresiva resistencia de parte de los estudiantes recién ingresados a ser asimilados por los discursos de los grupos radicales de izquierda.

En segundo lugar. La violencia política que sacudió a las universidades públicas, ocurrida en los últimos 20 años del siglo pasado, extendió el temor entre los estudiantes para organizarse en partidos y/o frentes políticos. Posteriormente, la intervención militar de Fujimori en San Marcos (y en muchas otras universidades) terminó por desarticular el tejido social existente. Lo que quedó fue un archipiélago de grupos izquierdoides. Grupos que sólo heredaron la pragmática estrategia de la convivencia con la dictadura para subsistir y seguir lucrando del tesoro público. Decanos que en su juventud fueron revolucionarios se convirtieron en funcionarios sistémicos. Esto es lo que han heredado los actuales grupos radicales en la universidad: el pragmatismo como ideología, el interés como horizonte. Aquí no hay tradición ni aparatos políticos sino una minoría (casi étnica) con cálculo político que cada vez más pierde espacio en el estudiantado. En todo caso si el ser calculador es una tradición en San Marcos, la mayoría de los sanmarquinos son parricidas.

En tercer lugar. Los sanmarquinos no son una masa contestaria cohesionada, hay sectores interesados en desplazar al actual rector. Estos grupos son los que tomaron el rectorado y cuya intención es producir inestabilidad política en la universidad para colocar cada uno a su candidato como nueva autoridad sanmarquina. Son estas fisuras las que producen la ingobernabilidad, tal como lo sostuve en un post anterior. Es cierto que Luis Izquierdo es una autoridad impresentable y cuya gestión esta dañando en todo sentido la universidad. Al respecto, lean el último artículo de Carlos Iván Degregori. En ese sentido, la mayoría de universitarios no considera la violencia como camino a la solución de los problemas.
Conclusión. El análisis de de Carlos Meléndez carece de información sobre la realidad involucrada. Carlos al partir de la teoría sin contrastarla con los hechos, hace con el conflicto en San Marcos, lo que Procusto con sus viajeros: Adapta la realidad a la teoría. No aterriza. Atenta contra la historia. No obstante y sin considerar mi discrepancia con el punto tocado arriba, me parece un válido acercamiento a las recientes protestas en San Marcos. Además, Carlos reconoce que con su post no pretende realizar una investigación exhaustiva sino poner el tema en agenda.

Entrevista a Rodrigo Montoya

¿Quién dice que en San Marcos se forma gente de izquierda? ¿San Marcos es una universidad de izquierdistas?. Para Rodrigo Monotoya no es así.
Conocí al profesor Rodrigo Montoya en la Facultad de Ciencias Sociales de San Marcos, excelente persona y profesional. Paseando por el archivo de una ONG encontré en una entrevista a él donde habla sobre San Marcos. Aqui les copio :
SAN MARCOS: EL PULMON DEL PERU UNA ENTREVISTA CON RODRIGO MONTOYA, POR MARTÍN PAREDES OPORTO
Entrevista en Revista Quehacer Nro. 154, Mayo - Junio. 2005
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Rodrigo Montoya: "Sigo creyendo que la facultad más reaccionaria de San Marcos es la de Derecho. Ha sido, es y no sé por cuántos años más lo seguirá siendo".

Una vez en clase usted dijo que San Marcos era una universidad de derecha. Explíqueme cómo es eso.
En 1551, San Marcos comienza como una Facultad de Teología, con una versión de la Iglesia absolutamente oficial de la época, nada lascasiana, sino una iglesia tipo Ginés de Sepúlveda, aquella que sostiene que a los indios hay que matarlos por razones justas; esa era la Iglesia que fundó San Marcos. Durante gran parte de su historia, hasta 1945, San Marcos fue una universidad con la más alta representatividad de la derecha. La reforma educativa de los años 20, Haya y Mariátegui, empezaron a darle un rostro liberal, prudente, sensato a la Universidad. La izquierda universitaria en San Marcos aparece recién en la década de 1940. Es la generación de Aníbal Quijano. Entre 1946 y 1950, cuando Quijano es alumno en San Marcos, surge un núcleo de izquierda en serio, del que él es la cabeza mayor. En la misma época se formó un grupo de trotskistas en la Universidad, pero duró muy poco. En 1948, el golpe de Odría los mandó a todos a la cárcel. Quijano pasó siete u ocho meses encarcelado por sus ideas. Y algún tiempo después Julio Cotler, que era parte de la Juventud Comunista del Perú, fue deportado a Huancayo. Eso es algo que no se sabe, pero Julio tenía que presentarse cada lunes a la comisaría para firmar un cuaderno. Ese cortísimo periodo de la izquierda universitaria en San Marcos fue capitalizado por el Apra, que tuvo el control de la Universidad y lo perdió a fines de la década de 1960. Cuando ingresé a San Marcos, en 1960, el control del Apra era total, y el Partido Comunista de la época —entonces no había chinos y soviéticos— era una oposición al control duro y férreo que ejercían los búfalos del Apra. Esos no sabían de democracia, golpeaban, iban armados de cadenas.

Sánchez era rector.
En la década de los sesenta fue dos veces rector. En 1962 empezó una fuerza de izquierda al interior de San Marcos, que logró echar al Apra de la Federación Universitaria (FUSM) primero, y luego a Sánchez en 1969. El Apra perdió la FUSM en 1963, y es histórico que el primer presidente de la izquierda formal, real, del Perú en San Marcos fue Max Hernández. Tiempos en los que la dirección universitaria de izquierda estaba en manos de los mejores estudiantes. Época gloriosa, porque después de 1969 Patria Roja copa la Universidad con su mediocridad. ¿Quién recuerda a los presidentes de la FUSM después? Nadie, porque eran pésimos estudiantes y tipos que pensaban que la universidad era simplemente un lugar para hacer la revolución y se acabó. Viéndolo bien, el período del sector de izquierda más lúcida, más rica, más valiosa de la Universidad, fue muy corto. La primavera del 46 al 48, los años lindos del 62 al 68. Patria Roja aparece en 1969 como una escisión de la juventud de Bandera Roja, los pro chinos de la época, y abandona toda noción de una izquierda intelectual, formada, lúcida, académica, seria; eso es incompatible con ellos. Y ellos han controlado la universidad durante las décadas de 1970 y 1980.
Mientras Sendero Luminoso estaba ahí.

Claro, Sendero entra a pelear y Patria Roja estaba ahí, al frente. Patria Roja tiene algún mérito porque ha sobrevivido y aún sobrevive en el frente estudiantil universitario, aunque, es cierto, con una fuerza muy debilitada pero con una presencia que no se puede negar. Los años de la izquierda sanmarquina no llegan a los cuarenta de los cuatrocientos cincuenta que tiene de la Universidad. Entonces, mi frase de que San Marcos produce intelectuales y profesionales de derecha es real. Ahora, he hablado de los pequeños núcleos de izquierda de la Facultad de Letras sobre todo, y sociales más tarde. Pero la Facultad de Medicina ha sido todo el tiempo una muestra de la derecha universitaria, de la derecha del país. La prueba de ello es que cuando en 1962 o 1963 un bloque de estudiantes de medicina de alta calidad académica, gente de primera línea, plantea democratizar la facultad, los profesores, para no perder el poder, se fueron y crearon Cayetano Heredia. Eran tan derechistas que no admitieron la posibilidad de una reforma de la universidad y se fueron a la mala. Y la otra facultad, de la que no se salva nadie, es la de Derecho. Los abogados reaccionarios y conservadores los sigue produciendo San Marcos, y en cantidades industriales.


¿Más que la Católica?
No tanto más porque la Católica tiene un servicio patriótico muy tardío. Pero los abogados de San Marcos, desde que se instaló la Facultad de Derecho, hacia el siglo XVIII o XIX, ha producido los abogados más conspicuos de la derecha en el Perú. Cuando yo era muy jovencito, Roberto Ramírez del Villar, un reaccionario del PPC considerado un patriota, un gran demócrata en la memoria interesada de la política peruana actual, era profesor de la Facultad de Derecho. Y Ramírez del Villar decía que ser izquierdista en San Marcos era lo normal, porque nadie podía dejar de ser izquierdista y socialista cuando se tenía 18 años, pero ya con la madurez y la prudencia, con el tiempo, a los 30 años, había que ser de derecha porque eso era lo correcto. Son muy pocos los abogados de izquierda que han salido de la Universidad. Sigo creyendo que la facultad más reaccionaria de San Marcos es la de Derecho. Ha sido, es y no sé por cuántos años más lo seguirá siendo.

¿Cómo distorsionó la vida política de la Universidad la presencia de Sendero Luminoso?
Sendero hizo un trabajo de zapa dentro de la Universidad; no tenía ninguna propuesta. Patria Roja tampoco.

Propuesta académica.
Hablando de academia, de propuesta de reforma universitaria, Patria Roja se negó rotundamente, se confesó incapaz de hacerla y no preparó un solo cuadro para eso. La prueba es que Patria Roja no tiene profesionales de primera línea en el país. Tiene aparatchik, hombres de aparato, dirigentes del Sutep, dirigentes estudiantiles muy formados, muy fogueados, pero de una insolvencia académica lamentable. Patria no tuvo una alternativa académica que ofrecer a la universidad, pero sí interés por copar los puestos de profesores. Patria Roja hizo todo lo necesario para nombrar a sus estudiantes revolucionarios como futuros profesores. Sendero, a diferencia de Patria, no tenía ningún interés en la Universidad como para ofrecerle un programa alternativo, y tampoco en copar la dirigencia estudiantil o los puestos de profesor. A Sendero lo que le importaba era agitar, tener cuadros que fueran a pegar tiros. Eso era todo lo que esperaban. Y le proponían a los estudiantes lo mismo que se les planteó en los sesenta cuando existía la influencia cubana y de Régis Debray, quien sostenía que la universidad era el cementerio de los revolucionarios y que había que abandonarla. Esa fue la noción de universidad de Vanguardia Revolucionaria y del MIR, la nueva izquierda de los sesenta: sacar a los mejores cuadros y llevarlos al frente político en unos casos, o al frente militar, en otros. Sendero Luminoso hizo exactamente lo mismo: sacaba a sus cuadros y los mandaba a pelear. Sobre 44 mil estudiantes de San Marcos en los noventa, 200 eran senderistas reales, de pegar tiros; y calculo que habría otros 200 senderistas orales, entre alumnos y profesores, de esos que fanfarroneaban de ser muy radicales, muy machazos, que hablaban de la guerra y a la hora de los tiros salían corriendo. Sendero Luminoso tuvo la fuerza suficiente como para desarmar la Universidad.

Desarmarla en todo sentido.
Desinstitucionalizarla, descuajarla, en una tenaza maravillosa con el fujimorismo, que tenía exactamente el mismo interés, y con una tremenda complicidad de lo poco que quedaba en la Universidad del Apra.

Pero más allá de esa desinstitucionalización, ¿no es que antes de la aparición de Sendero en San Marcos ya estaba en crisis la universidad misma?
Estaba en crisis y la situación era terrible por el control que Patria ejercía sobre la Universidad. Pero era un control burocrático, de profesores, de empleados, del comedor de estudiantes, de una institución, no era para hacer otra cosa. Patria Roja no sacó cuadros de San Marcos para armar un frente militar en ninguna parte. Su control era de tipo laboral, profesional y de liderazgo estudiantil. Pero cómo podía funcionar una universidad con profesores improvisados. La crisis que vivía San Marcos se debía a un control formal de la izquierda en la Universidad y a una Universidad que no era de izquierda por ninguna parte. La democracia interna en la Universidad nunca avanzó; ellos no hicieron otra cosa que tomar el control de lo que querían. Bastaba con nombrar profesores en todos los escalones para controlar el Consejo de Facultad, el Consejo Universitario y tener un rector. Patria Roja llegó a colocar a un rector en la Universidad.

¿Quién fue ese rector?
Wilson Reátegui, un hombre de Patria Roja que fue parte de este poder universitario. Pero ejerció un poder no para proponer otra universidad, no para reformarla, sino simplemente para controlarla. Lamentable.

Y como profesor, ¿cuál es para usted el perfil del alumnado ahora en San Marcos? ¿Ha cambiado la composición, el origen social del alumno y su forma de hacer política?
Ya no soy profesor en pregrado y esa distancia puede ser una buena razón para no percibir los cambios profundos que se pueden estar dando en la Universidad. Pero, hasta donde conozco, el sello más importante es la llegada a San Marcos de alumnos de capas medias que antes se iban a la Católica y que por razones económicas no les queda otro camino que entrar a San Marcos. Yo diría que es el segmento mayoritario. Me parece que en un segmento minoritario de este nuevo alumnado hay, en parte, una opción por San Marcos como universidad pública, como una universidad que pueda tener importancia para el país. Cuánto de eso sea una racionalización por la frustración de no poder ir a una universidad privada, es otro asunto. El estudiantado de San Marcos que yo vi y del que fui parte entre 1960 y 1970 era provinciano de capas medias, hijos de profesores sobre todo. Cuando Patria Roja llega a controlar la Universidad, aparecen los hijos de campesinos en el campus. Esta es la novedad de los setenta. Y esta novedad se evidencia rotundamente en la década de 1980, cuando el movimiento de estudiantes que se va a la causa de Sendero tiene exactamente ese sello. El estudiante de provincias hijo de maestros, de medianos propietarios, hablaba muy bien el castellano, tenía ciertos privilegios en sus zonas, en sus casas había bibliotecas, eran leídos y tenían voluntad de aprender. Cuando vienen los hijos de los campesinos traen una carga afectiva muy fuerte contra el país. Es gente que quiere arreglar cuentas por la discriminación no solo económica sino por la enorme dificultad que tenían de poder llevar una vida universitaria normal por tener que hacer trabajos cuando no estaban habituados a hacerlos. San Marcos fue invadido por estudiantes así. Ese fue el caldo de cultivo que permitió que Sendero entrase con aparente facilidad a universidades como las de Ayacucho y San Marcos, recordando que apenas eran doscientos en su mejor tiempo. En 1996, luego de mi emeritud, volví al pregrado, a cuarto y quinto año. Mi gran sorpresa fue que los alumnos no tenían ningún espíritu crítico, no preguntaban y decían amén a lo que el profesor sostenía. Yo he sido siempre un profesor abierto a la discusión, provocador, en el sentido de soltar una frase para provocar una reacción y generar una discusión. Me pasaba horas de horas soltando frases y nada. En confianza, le pregunté a una chica, amiga mía, qué pasaba, y me dijo «pero si la universidad está llena de tiras, de soplones, y usted dice lo que dice porque es el profesor, porque si pasa algo lo va a defender [el diario] La República, un montón de gente, porque es conocido, pero a un estudiante que levante la mano y tenga una visión crítica de lo que está pasando en San Marcos lo pueden expulsar», lo que revelaba un grado de represión en la Universidad. Ahora, casi diez años después, creo que San Marcos está retomando el espíritu crítico anterior. En muy poco tiempo más, hacia el año 2010, el Perú va a cambiar muchísimo porque buena parte de la generación política va a acabar y aparecerá un liderazgo nuevo y un movimiento estudiantil con otras exigencias. Yo lo olfateo, lo percibo en la Universidad.

¿Y cómo ve a los grupos estudiantiles, todavía pequeños, en la Universidad? ¿Como el germen de algo que puede consolidarse?
En medio del desencanto y del naufragio aprista, de la ruina de Izquierda Unida, de Patria Roja, de Sendero Luminoso, hubo un largo periodo de «acomódense compañeros». Esa era la consigna arriba y abajo. Frente a eso, hay grupos en San Marcos como Raíz, por ejemplo, que tienen sensibilidad para percibir el fenómeno político, para tratar de insertarse en otro horizonte, pero en un contexto opresivo, hostil y dominado por el fujimorismo en todas sus formas. No hay un partido fujimorista, pero hay un estilo fujimorista de no creer en nadie, de garantizar la corrupción plena, de no tener esperanza en nada y de alimentar a estas personas que suben y trepan. En este ambiente, los grupos sanos que surgen en la Universidad no tienen la fuerza suficiente para marcar un horizonte para el conjunto de los estudiantes. Aparecen con discursos muy finos sobre la democracia, la diferencia, la inclusión y, cosa que nunca había habido en San Marcos, la presencia de estudiantes homosexuales defendiendo su identidad, afirmándose como tales y reclamando un espacio; y un sector eminentemente machista negándoselo y reprimiéndolos. No es que haya habido en San Marcos una evolución sensata, madura y prudente de la democracia interior y que cada vez estemos mejor, no. Lo que ha habido son retrocesos muy grandes. Lo poco que había en la izquierda de San Marcos de los sesenta se perdió y se diluyó con Patria Roja. Y lo poquísimo que quedaba casi se anuló con Sendero. Proponer una línea para un movimiento estudiantil sanmarquino en particular y peruano en general no será nada fácil. Quedan todavía unos cinco o seis años más para que estos embriones cuajen y alguno empiece a marcar una línea. Para entonces, el Apra ya no contará más, y Patria y Sendero serán parte del pasado. Ese espacio tendrá que ser llenado con alguna propuesta alternativa de un sector inteligente, con imaginación, conformado por estudiantes de buena calidad. Veo con simpatía que los de Raíz son buenos estudiantes. Para mí, ese es un primer signo de salud, un indicador de cambio.

Así está San Marcos

Fotos: Melissa Merino

Peligro. El derribo del cerco perimétrico de San Marcos puso en peligro el patrimonio universitario y encendió la protesta de los estudiantes.

Quien se dé una vuelta por la Ciudad Universitaria de San Marcos quizá no reconozca los límites de la universidad. El cerco perimétrico ya no existe y la zona parece bombardeada. Sobre la alambrada que separa el campus de lo que es la vía pública los estudiantes han colgado carteles con frases de protesta contra el intercambio vial que se construye ahí, pero también de censura a la Municipalidad de Lima y a las autoridades sanmarquinas. Para ellos ambos son los culpables del conflicto que flota en el lugar. Los enfrentamientos ya no están en la calle, pero hasta el cierre de esta nota el Rectorado seguía tomado. Los estudiantes culpan al rector de haber firmado un convenio muy malo y de haber informado poco. El tema se volvió a encender cuando el concejo limeño derribó el cerco de la avenida Venezuela en medio de un diálogo que sostenía con San Marcos. Si la obra estaba programada para terminarla en octubre, ahora –contando protestas futuras– no se sabe cuándo acabará.


Anillo vial: ¿sí o no?
Hoy la pregunta pertinente es: "¿Se puede hacer cambios a una obra que tiene un 70% de avanzada? ¿Se puede obviar el anillo vial que ocupará terrenos de San Marcos?". La experiencia indica que todavía es posible hacer cambios, pero no radicales. El ingeniero Juan Carlos Dextre, profesor de ingeniería civil de la Universidad Católica, precisa: "El problema es que el proyecto ya está diseñado así, con esa ‘oreja’. Y no es fácil cambiar un diseño que ha avanzado tanto. Lo que se puede hacer es mejorar otros aspectos".

Para Dextre el anillo vial quedaría tal cual lo diseñó el responsable, porque es parte de un proyecto total. Eso sí, le parece que en algunas partes la vía que irá por Venezuela tiene demasiados carriles. "En un punto frente a la Ciudad Universitaria en dirección al Callao la pista llega a tener 14 o 15 carriles. Eso me parece un exceso teniendo en cuenta que en Faucett no hay tantos carriles y puede producir un efecto embudo. Se puede reducir, por ejemplo, dos carriles por lado y se evita la posibilidad de tocar la huaca San Marcos".

Dextre explica que si más adelante la Venezuela se convierte en una vía vinculada a los grandes ejes viales que atravesarán Lima y el transporte público cambia a buses más grandes, el flujo vehicular será menor en esta vía. "Entonces, pensando en el mediano plazo, creo que no son necesarios tantos carriles", precisa. También plantea poner el acento en que los accesos peatonales sean más fluidos porque a San Marcos acuden diariamente 60 mil personas, 50 mil de ellas estudiantes. "Ya no se puede pensar en que la obra se rediseñe totalmente porque sería un gasto inútil, pero sí se puede mejorar lo que tiene que ver directamente con las personas. Ver, por ejemplo, cuánto van a caminar de un lugar a otro, los accesos a la universidad. Lo que no debe ocurrir es que se den cuenta de que eso falla cuando la obra ya esté terminada", añade.

OBJECIONES TÉCNICAS

OBRAS. A pesar de los pedidos de las autoridades sanmarquinas para detener las obras, las labores continúan.

La Universidad Nacional de Ingeniería también realizó estudios sobre el intercambio vial y planteó algunas objeciones técnicas: hizo notar, por ejemplo, que el proyecto de la Municipalidad de Lima prioriza la importancia de la avenida Venezuela sin considerar que el mayor flujo vehicular va por la avenida Universitaria.

En síntesis, lo que dice el informe es que si se iba a construir una vía elevada y un anillo vial, estos no debieron hacerse en la Venezuela sino en la Universitaria. El ingeniero José Matías León, jefe de Posgrado de Ingeniería Civil de la UNI, señala que si se hace o no el anillo en el lugar –para autos que vendrán desde el centro por la Venezuela y voltearán por la Universitaria hacia Pando– el flujo de autos no lo justifica: apenas 250 vehículos por hora.

El punto aquí es que San Marcos firmó el acta aceptando la construcción del anillo vial y la municipalidad sigue asegurando que lo hará. Respecto a los carriles que tendrá la avenida Venezuela, el ingeniero Matías León coincide con su colega de la PUCP en que son demasiados y que se puede recortar uno o dos carrilles por lado. "Según los planos que recibió San Marcos de la municipalidad, y que hemos revisado, los carriles de la Venezuela no tocarán la huaca de San Marcos, pero sí una más pequeña que queda al frente y que forma parte del mismo complejo.
Las columnas para el anillo vial dentro de San Marcos ya han sido levantadas. Se justifica la reducción de carriles para evitar tocarla y para que coincida con el ancho de la avenida Faucett que es donde termina el proyecto", precisa.

Los especialistas de la UNI también hallaron que los puentes peatonales son muy largos y tienen escaleras en vez de rampas, lo que hará difícil el tránsito para personas ancianas, minusválidos o madres con niños. "Se debe hacer rampas y aminorar la longitud de los pasos peatonales. Ese tipo de mejoras aún puede hacerse. Pero la municipalidad debe oír las sugerencias, algo que no he visto. Incluso han dicho que nos hemos retractado de nuestros estudios, lo cual no es cierto", explica Matías León. Otro aspecto que también se cuestiona es la dificultad para que los vehículos volteen en algunas intersecciones.

Es el caso de las unidades que vendrán por la Venezuela desde el Callao y quieran voltear a la izquierda para ir al norte. Tienen que atravesar todo el intercambio para recién cerca del conjunto habitacional Palomino hallar un giro en U que les permita coger la Universitaria. "Ese tipo de recorrido le hace perder eficacia a una vía rápida como esta", asegura el experto.

CIUDAD SEGREGADA

PROBLEMAS. Se ha llamado la atención sobre el peligro de que la obra afecte la huaca de San Marcos. La municipalidad lo niega.

La solución para el cruce Venezuela-Universitaria pudo ser más simple: un paso a desnivel donde por arriba fueran el transporte público y los peatones; y por abajo los vehículos particulares. Tan sencillo como eso. Sobre este último punto el ingeniero Juan Carlos Dextre, de la PUCP, también especialista en gestión de tránsito y diseño urbano, señala que este tipo de obras aéreas –que se parece a muchas otras que se han hecho por toda la ciudad en los últimos tiempos– genera un efecto barrera para el peatón, hace difícil circular caminando y divide la ciudad a uno y otro lado de la obra.

Él plantea una solución que va más allá de construir vías: "el énfasis se debe poner en ordenar el transporte público". Para Dextre, sin un transporte público eficiente siempre necesitaremos más pistas, carriles, tréboles, porque en un país donde la economía crece la gente se motoriza. "Con una obra como la de San Marcos, se está acomodando el espacio para un transporte público ineficiente. Si el transporte público fuera eficiente habría menos autos y todo sería más fluido. Ese es el problema de fondo y en eso debe trabajar la municipalidad", dice.

Frente a San Marcos, la vía de la Av. Venezuela llega a tener hasta quince carriles.

Según su visión, desde hace mucho tiempo que las autoridades construyen infraestructura para los vehículos y no para los peatones. "Lo peor de todo es que en muchos casos son obras no sostenibles en el tiempo. Un ejemplo: hace unos años se construyó la avenida El Derby y al tiempo se congestionó. Luego se hizo la vía expresa de Javier Prado y hoy también soporta congestionamientos. Hacer más vías no asegura más fluidez.

El ordenamiento del tráfico sí lo hace", plantea. En tanto, las obras entre Venezuela y Universitaria continúan. "El proyecto no tiene por qué parar, pero sí mejorarse", reitera Dextre. A pesar de las objeciones a la obra, el crecimiento de la ciudad la hacía necesaria. Para la municipalidad no es fácil detener por detalles técnicos un proyecto que cuesta 50 millones de dólares.

Todo indica que los sanmarquinos deberán aprender a convivir con el anillo vial a unos metros del campus. Oponerse a rajatabla y no dejar avanzar la obra sería tener allí una versión chiquita de lo que fue el tren eléctrico en su día.

La participación estudiantil en el conflicto del bypass

Sobre la población estudiantil, cabe resaltar la importancia que han jugado los estudiantes en el proceso de sacar a la luz la denuncia de las irregularidades del bypass. Lo que se inició como un aparente pleito privado de grupos políticos internos a la universidad se volvió una denuncia multisectorial (congresistas, ingenieros, arqueólogos, etc.) con amplia cobertura de los medios.

Debo admitir que no preste mucha atención a las primeras denuncias sobre el bypass porque pensé que las irregularidades de la obra no eran tan graves. Al mismo tiempo, debo reconocer que la participación estudiantil fue fundamental para pintar una raya más al tigre llamado Municipalidad de Lima. La pintura de acusaciones vecinales y estudiantiles con sustento técnico.

Es agradable ver y enterarse de la creatividad de los sanmarquinos grabada en expresiones culturales como pintas y murales que buscan solidarizar a los vecinos y a la sociedad con la causa de defender lo que no es sólo un asunto local sino la revalorización de la educación pública. Defender la importancia de la universidad frente a improvisados y oscuros "proyectos modernizadores".

La universidad pública podrá estar en crisis pero no la creatividad y energía de los estudiantes, el pasado de violencia política podrá soplar la nuca de San Marcos haciendo que el miedo la paralice pero los estudiantes están (cada vez más) dispuestos a no permitir que la violencia sea parte del ADN de los sanmarquinos. El sensacionalismo vive de los sanmarquinos violentistas (que los hay) pero el periodismo serio apuesta por la participación estudiantil, separando la paja del trigo, la chauchilla dirigencial de los nuevos liderazgos universitarios. Eso hay que saludarlo y felicitarlo.

lunes, 14 de julio de 2008

Tipología sobre el Conflicto del bypass

La Unidad de Conflictos Sociales de la Defensoría del Pueblo ha registrado la disputa de San Marcos con la Municipalidad de Lima y la Empresa Municipal Administradora del Peaje de Lima (UNMSM- ML, Emape) como un conflicto local y activo, donde la población estudiantil es un actor colectivo de voluntad no dependiente de las decisiones del rectorado y los organismos de la universidad.
La deslegitimación de los tercios estudiantiles y las autoridades universitarias ha provocado que las acciones y reacciones colectivas de los sanmarquinos no dependan de la voluntad sus "representantes oficiales" sino de líderes provenientes de los circuitos culturales y políticos que operan dentro de la universidad pero al margen del oficialismo.
Según la tipología de la Defensoría del Pueblo, la controversia UNMSM- ML, Emape, un conflicto por asunto de gobierno local. Un conflicto local cuya dinámica gira en torno a la gestión pública de un municipio provincial o distrital. Los actores en este conflicto son: Alcalde de la Municipalidad provincial de Lima, EMAPE, Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y la población estudiantil.
Sobre el conflicto UNMSM- ML, Emape encuentra en etapa de diálogo, lo que no significa que estemos cerca de la solución del problema sino sencillamente que los actores estan tomando nuevas estrategia. En ese sentido, se entiende la decisión institucional de San Marcos de acudir al poder judicial para "solicitar la nulidad del contrato que mantiene la universidad con la comuna limeña.
Por ello, estamos ante un conflicto con tres frentes, el legal, el social y el político. Un pedido de anular un contrato, una comunidad universitaria inconforme con la gestión de un alcalde y un sector del congreso que solicita la investigación de una obra pública. La cosa lejos de solucinarse, parece complicarse más. No obstante, la probabilidad de que se repitan los hechos de violencia es poca y depende de que la construcción de la obra dentro de San Marcos se inicie con consentimiento de la mayoría del estudiantado.

Entrevista a Jorge Avendaño

Jorge Avendaño, ex decano de la Facultad de Derecho PUCP: “Tenemos la primera Facultad de Derecho del Perú.”

Se nota que le emociona recordar los inicios de su vasta trayectoria en la Universidad Católica, hace más de medio siglo. El doctor Jorge Avendaño cuenta cómo tomó la posta del profesor Ismael Bielich y, pocos años después, cómo sucedió al decano Raúl Ferrero Rebagliatti, mientras señala los retratos de ambos personajes que cuelgan en la Sala de Grados de la Facultad de Derecho. Avanza por los pasillos de este edificio –que como decano logró levantar para reemplazar las antiguas casetas de Derecho– y todos lo saludan con mucho respeto. No es para menos. Jorge Avendaño es un abogado constitucionalista de reputación impecable. Como profesor ha dictado diversos cursos: Sucesiones, Derecho Registral, Personas, Seminario de Propiedad, Seminario de Integración sobre Derecho Civil, pero uno que nunca dejó de dictar fue Derechos Reales. En reconocimiento a sus aportes en Derecho Constitucional y su destacada trayectoria en nuestra Universidad, el viernes 23 de mayo recibirá la Medalla de Honor R.P. Jorge Dintilhac.

La Facultad de Derecho le organizó el año pasado un homenaje por sus 50 años de docencia. ¿Cómo empezó a dictar clases en la Universidad?
Terminé mi carrera en diciembre de 1956 y me gradué al día siguiente de haber terminado las clases. El profesor de Derechos Reales en ese momento era el Dr. Ismael Bielich, pero tenía problemas de salud y, por ello, faltaba con frecuencia. Entonces, entre julio y agosto de 1957, me contrataron como profesor. Yo no era más que un mocoso, pero muy buen alumno. Tuve que dictar el curso entre agosto y diciembre, cinco días a la semana, lo cual demandó un esfuerzo descomunal de mi parte: una cosa era haber estudiado bien esa materia cuatro años antes, y otra era enseñarla.

¿Y cuándo lo nombraron decano de la Facultad de Derecho por primera vez?
Cuando me gradué como doctor. Tenía 31 años. En ese entonces, año 1964, yo estaba muy dedicado a la Universidad, me gustaba mucho. El rector de esa época, el Padre Mac Gregor, estimaba que se requería una reforma profunda en la Facultad de Derecho y quiso que yo fuera el decano. Entonces habló conmigo y con los profesores; fueron ellos los que me eligieron.

¿Cuáles fueron las principales acciones que logró como decano?
Hicimos una reforma de fondo, tanto curricular como metodológica, gracias al apoyo económico de la Fundación Ford y el respaldo de la Universidad. Como parte de esta reforma, firmamos un convenio con la Universidad de Wisconsin; así, más de diez profesores viajaron a Estados Unidos a estudiar metodología para preparar cursos sustantivos. Entre ellos estuvieron Domingo García Belaúnde, Baldo Kresalja, Javier de Belaúnde, Eduardo Ferrero, Lorenzo Zolezi, Jorge Santisteban, todos, hoy figuras destacadas y profesores respetados de esta Universidad. Este movimiento influyó en otros países de América Latina como Chile, Colombia y Brasil. Y ahí está el resultado: tenemos la primera Facultad de Derecho del Perú.

¿Hay alguna promoción que usted recuerde con especial cariño?
Sin duda hay mejores promociones que otras. Pero, en general, los ex alumnos de Derecho de la Católica tienen un buen nivel como profesionales. Ahora, entre todos esos alumnos, hay quizá un 15% que tiene asegurado un futuro brillante. Primero por salir de la Católica, y segundo, porque son abogados muy competentes.

¿Cómo fue su experiencia como congresista de la República?
La verdad, fue una mala experiencia. El Congreso es terrible, lamentable, pero, finalmente, de todas las experiencias se aprende. Yo fui elegido para el periodo 1995-2000, postulando por el partido de Pérez de Cuellar, Unión por el Perú (UPP). Ahora ese partido se lo han apropiado otros, pero en ese momento era independiente.

¿Prefirió la experiencia de ser decano del Colegio de Abogados de Lima?
Claro. Ser elegido decano del Colegio de Abogados fue mucho más difícil que ser elegido congresista. Para postular hay que tener varios años de abogado y hacer una campaña muy dedicada. Tuve que visitar prácticamente a todos los abogados de Lima, recorrer los alrededores del Palacio de Justicia para prometerles la defensa de la profesión.

Ahora ha sido elegido presidente de la Academia Peruana de Derecho.
Sí, pero ese es un cargo más bien honorífico. La institución está conformada sólo por 30 académicos; yo fui nombrado hace 15 años como sucesor de Felipe Osterling, también de la Universidad Católica. En la Academia se realizan actividades de desarrollo y vinculación del Derecho.

Usted ha tenido muchos cargos importantes en su carrera, ¿cuál le faltaría ejercer?
Me faltaría ser ministro de Justicia, pero ya no creo que lo haga: tengo 74 años y estoy dedicado a mis tareas. Sin embargo, uno nunca puede decir no. De lo que sí estoy seguro es que al Congreso no vuelvo; tampoco al Colegio de Abogados, porque ya estuve ahí dos años y esa etapa se acabó. Al decanato de la Facultad tampoco, pues ese es un trabajo que tienen que hacer los jóvenes. Lo de ministro, sabe Dios, pero eso me lo tienen que pedir.

En las últimas semanas se ha comentado mucho también la defensa que está haciendo del futbolista Claudio Pizarro. ¿Es verdad que en sus clases utiliza este caso como ejemplo?
Aún no lo he utilizado, pero lo voy a hacer uno de estos días para demostrar a mis alumnos cómo no se debe llevar un juicio. Es increíble lo que han hecho los señores de la Comisión de Justicia de la Federación Peruana de Fútbol: lo castigaron sin haberlo citado, sin haberle tomado la declaración, sin haberle dicho de qué se le acusaba. Todavía estamos a tiempo de que la segunda instancia haga bien las cosas y haga valer todos los derechos de Pizarro.

¿Y puede decirnos cómo va la demanda interpuesta por la Universidad Católica contra el señor Walter Muñoz Cho, representante del Arzobispado de Lima en la Junta Administradora de los bienes legados por José de la Riva-Agüero?
Bueno, hemos perdido en primera instancia, en parte porque el juez declaró improcedente la demanda. Esto quiere decir que la demanda, como estaba planteada, no tenía cabida; pero no se pronunció sobre el fondo, o sea, si había derecho o no. Ahora hemos apelado y el juicio está en la Octava Sala de la Corte Superior de Lima, que lo tiene que resolver. En todo caso, todavía podemos ir al Tribunal Constitucional. Estoy seguro de que este juicio lo vamos a ganar.

La ficha:
Nombre completo: Jorge Jesús Avendaño Valdez
Lugar y fecha de nacimiento: Lima, 1933.
Estudios: Licenciatura y doctorado en Derecho por la PUCP.
Trayectoria: Profesor de Derecho Civil en la PUCP desde 1957. Ex decano de la Facultad de Derecho en cuatro periodos (de 1964 a 1970 y de 1987 a 1993). Ex decano del Colegio de Abogados de Lima (1993 y 1994). Miembro honorario de la Universidad de Wisconsin. Ex congresista de la República. Actual presidente de la Academia Peruana de Derecho.

jueves, 10 de julio de 2008

En defensa de la universidad pública

Por Zenón Depaz
Filósofo y ex-jefe de la Oficina de Coordinación Universitaria del Ministerio de Educación.

Terminando de arrasar, de madrugada, los muros de la ciudad universitaria de San Marcos, el alcalde Castañeda dijo que “no se puede detener la modernización”. Curiosa manera de entender la modernidad, asociándola con cosas, no con mentalidades ni modos de ejercer las relaciones sociales. Así, tener en la sala aparatos de última generación nos haría “modernos”, aunque pasando a la cocina hallemos que quien cuida de ellos es la “sirvienta”, tratada también como una cosa. Con ese mismo criterio, otros alcaldes destruyen nuestro patrimonio cultural, dejando pantagruélicas “obras” de cemento que, para ellos, son la modernidad, aunque el autoritarismo y el cacicazgo sigan siendo su sello político.
La situación actual de San Marcos, con los muros derruidos, para recortarle 28,700 m2 de terreno, sin acceso vehicular ni seguridad alguna por varias cuadras a la redonda, con estudiantes y docentes expuestos a robos y asaltos, no podía ser más deprimente ni sublevante. ¿Qué de moderno tiene afectar de este modo a la primera universidad del país, para dar prioridad a una elefantiásica pista con quince carriles que opiniones técnicas autorizadas juzgan innecesarios? ¿Son modernos los sofismas del regidor Delgado que, tras destruir los muros afirma sin rubor que San Marcos “se beneficiará” con la construcción de un muro “moderno”? ¿Qué de moderno tienen las actitudes autoritarias que ridiculizan la legítima demanda ciudadana de diálogo?
La universidad pública es una institución clave para la modernización del país, tanto porque contribuye a su democratización, al garantizar el acceso a la educación superior sin otra restricción que la capacidad académica, cuanto porque con la investigación que se esfuerza en desarrollar, pese al escaso presupuesto que tiene para ello, genera conocimiento que permite incorporar valor agregado a nuestra producción, tarea que las universidades privadas, “con fines de lucro”, que han inundado el país con una oferta de formación profesional deleznable, no tienen interés alguno en cumplir, pues no encaja en su lógica de rentabilidad de corto plazo. Es, por tanto, significativa la indiferencia, sino complicidad, del gobierno central frente a la agresión que hoy padece San Marcos; constituye una pésima señal de la importancia que tiene en su agenda no sólo la universidad pública, sino la educación en su conjunto.

lunes, 7 de julio de 2008

Luís, vete de vacaciones

Lo anticipado. Tal como se veía venir, un congresista se ha sumado a estas denuncias. Yonhy Lescano, congresista de Alianza Parlamentaria, ha dicho que la Municipalidad de Lima debe modificar el bypass que tanta tensión y enfrentamientos ha generado. Ahora si que Castañeda Lossio la tiene complicada.

No obstante, hay que tomar en cuenta que el burgomaestre tiene un pacto de no agresión con Alan García. Incluso, ambos estarían encaminados a un acuerdo más sólido: Castañeda Lossio sería el candidato presindecial por el Apra. Por ello, no esperemos que el gobierno le preste atención a este caso. El oficialismo sólo se pronuciará sobre el bypass para defender a Castañeda Lossio.

Sobre lo sucedido la semana pasada :
Lo bueno. La marcha de estudiantes y docentes para protestar por la intransigencia de la Municipalidad de Lima demostró que los sanmarquinos pueden protestar pacíficamente. Fue una marcha que demostró la unión de la comunidad universitaria frente al alcalde de Lima y que eleva las posibildades, junto con la participación del UNI, para que el proyecto sea modificado.

Lo malo. El viernes 4 de julio en RPP, un estudiante sanmarquino fue entrevistado y habló tan mal que perjudicó un poco la causa de la marcha del día anterior. El chico era Jonathan Peña, quien no supo responder a las preguntas de Raúl Vargas. No había leído los documentos a los que el periodista Raúl Vargas se refería y la propuesta que dio era un panfleto intrascendente. Esto evidencia la crisis de liderazgos políticos en la juventud universitaria. Peña ha demostrado que para ser un lider estudiantil (en las actuales condiciones) lo más importante es saber nadar en la coyuntura política para sacar la cabeza. Esperemos, por el bien de la universidad, que los dirigentes estudiantiles se preparen mejor antes de salir a hablar en los medios de comunicación.

Lo feo. No sé que pensar al ver como estudiantes, probablemente izquierdistas todos, se enfrentan con el proletariado usando piedras y palos. 15 estudiantes heridos producto del enfrentamiento de trabajadores es el saldo de una lucha campal ocurrida el jueves pasado. Sólo sé que este acto debe verse como un hecho promovido por un grupo radical minoritario al que se sumaron desafortunadamente estudiantes no radicales. No obstante, no deben ser menospreciados y/o ignorados por los nuevos liderazgos sino todo lo contrario, considerarlos como una realidad en un nuevo proyecto político (lo que no quiere decir estar de acuerdo con estos).

miércoles, 2 de julio de 2008

Marcha para el Jueves 3 de Julio sobre el bypass

GRAN MARCHA Pacífica al Congreso para este Jueves 03 de Julio.
Participan estudiantes de las universidades UNI, Cantuta, la Molina, Católica, Bellas Artes.

Todos los peruanos están invitados a esta movilización.
Desde aquí, renovamos nuestras felicitaciones y agradecimientos públicos a los honorables profesionales de la UNI, quienes imparcialmente emitieron informes técnicos que revelaron la mediocridad del proyecto de Castañeda Lossio.
Ellos son:
  1. Dr. Ing. Jorge Alva Hurtado
  2. Dr. Ing. José Matías León
  3. Ing. Elifio Quiñónez Rosales
  4. Ing. Mercedes Rodríguez Prieto
La integridad moral de cada uno de ellos los protegió de los tentáculos de la corrupción del alcalde y su entorno. Por ello, los Sanmarquinos les estaremos eternamente agradecidos.

En contraste, en las siguientes líneas les presentamos un extracto de la demanda contra el abusivo alcalde Castañeda Lossio y sus bárbaros quienes atacaron el campus universitario.
" Que, de conformidad con el D.L. 52, los Arts. 160,202,276,376 del Código Penal, venimos a formular denuncia penal por la comisión de los delitos de Daños a la Propiedad de la UNMSM, Atentar contra la Seguridad Pública, Usurpación Agravada, Allanamiento Ilegal y Abuso de Autoridad, contra Luís Castañeda Lossio alcalde de Lima, Carlos Bustamante Jara Gte. de Emape, Carola Cuadros Abanto
Coordinadora de Proyectos del Municipio, Armando Molina Gte. de Obras de Emape, el Gerente de la Constructora Consorcio Vial Venezuela, y los que resulten responsables. Los Fundamentos de Hecho y de Derecho son: ... "
textos completos, hagan clic acá.
Pásale este aviso a todos tus contactos.

Mira los mejores videos, y además dale un vistazo a las FOTOS y CARICATURAS de las varias luchas estudiantiles por el Mejoramiento del By pass con su Reformulación. Imágenes

martes, 1 de julio de 2008

Toman Rectorado y Defensoría interviene

Desde el lunes temprano. Cerca de 400 estudiantes bloquearon la avenida Venezuela y se enfrentaron con piedras y palos con los obreros de construcción ante la mirada de unos pocos efectivos policiales que no intervinieron en la disputa.

Los agarraron almorzando. A eso de la 1:30 PM un grupo de sanmarquinos tomaron las instalaciones del rectorado exigiendo la anulación del convenio firmado con la Municipalidad de Lima y la reformulación del bypass. Luego, otro grupo se dirigió para bloquear la avenida Venezuela.
Defensoría del Pueblo solicita retomar el diálogo. Beatriz Merino, Defensora del Pueblo, envió una carta al alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, y al rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Luis Izquierdo Vásquez. En estas se invita a los involucrados a retomar el diálogo para superar las discrepancias existentes con relación a las obras del intercambio vial de las avenidas Venezuela y Universitaria.

Marcadazo. Después de esto, todo movimiento, tanto de San Marcos como de la Municipalidad de Lima estará vigilado por los medios de comunicación, Defensoría del Pueblo, blogs (como este) y sociedad en general. Cabe recordar que un sector del congreso ya se ha mostrado interesado en investigar la gestion de esta obra.



Hay varias preguntas al respecto, aquí algunas:
  • ¿Cómo una obra de 45 millones de soles puede ejecutarse sin permiso del INC?
  • ¿Por qué tuvieron que pasar hechos de violencia para que recién la universidad solicite otra opinión técnica (como la de la UNI)?
  • ¿No se suponia que el rector firmó un proyecto concebido técnicamente?
  • ¿Por qué los representantes estudiantiles no canalizaron las protestas debidamente?
Un estudio sociológico sobre los procesos legales y legítimos que llevaron al entrampamiento de esta obra es indispensable. Se debe determinar los defectos en las reglas de juego en este caso para evitar futuros conflictos entre municipalidades y otras universidades a nivel nacional. Sin reglas claras que otorguen de legalidad y legitimidad las decisiones de las unviersidades a largo plazo entonces es posible que se den nuevos escenarios de violencia.

A diferencia de la tesis que centra toda la problemática a un asunto de falta información, considero que estamos ante un problema de legitmidad de los representantes estudiantiles. Son 12 los estudiantes que votaron a favor del proyecto inicial del bypass, que en teoría debían representar a la mayoría del estudiantado. No obstante, el paso del tiempo demostró que estos 12 no tenían un sector estudiantil que los apoye. No hubo debate técnico a nivel estudiantil que permitiera a estos representantes subir a asamblea universitaria con mayor respaldo. Esto refleja que las decisiones de los tercios en los consejos de facultad y asamblea universitaria son volátiles y no tienen garantías a largo plazo. Cosa que debe ser considerada por todas las municipalidades de distritos y provinciales con universidades públicas.

Es cierto que existen condiciones de opacidad con respecto a la información pero todo los hechos revelan que estamos frente a una crisis de representación estudiantil. Un fantasmal sistema de partidos politicos estudiantiles que lleva a que los tercios sean elegidos sin debate y con aplastantes cifras de votos blancos y viciados (entre el 60% y 90%, dependiendo de la facultad). Candidatos únicos generalmente asesorados por los estudiantes perpetuos en lugar de estudiantes curtidos en debates político-intelectuales.

Asi no es, Luis

Enseña los dientes

El Alcalde de Lima nos ha dado un ejemplo de como no debemos llevar a cabo una obra. Los trabajadores de Emape derrumbaron el muro perimetral de la universidad desatando la protesta estudiantil. Analicemos la cronología del conflicto Universidad San Marcos - Municipalidad de Lima posterior a los hechos de violencia de Mayo:

  1. Distintos profesionales (ex-sanmarquinos) inician gestiones para resolver este asunto que ya habia generado actos de violencia.
  2. La UNI emite 2 informes donde cuestionan la concepción técnica de la obra.
  3. Trabajadores de Emape rompieron los muros perimetrales del campus de la Universidad San Marcos en la madrugada del lunes 30 de junio del presente.
Como vemos, el hecho número 4 refleja una reacción desesperada de la Municipalidad de Lima para llevar a cabo la obra. Castañeda Lossio, esmerado en dar la imagen de tecnócrata y marcar distancia de los "políticos tradicionales", se había quedado sin el apoyo técnico de una universidad experta en la formación de ingenieros civiles ¿Qué le quedaba? La fuerza.