SAN MARCOS Y EL DEMOMARXISMO
Dice la reseña histórica oficial:
“En los claustros sanmarquinos se han formado muchas de las figuras más notables del arte, ciencia y política del Perú y América, y de sus aulas han egresado la mayoría de profesionales y estudiosos que prestan sus servicios en las principales universidades, así como en empresas e instituciones nacionales y extranjeras”.
Lo que no señala la fuente oficial es la actual situación de nuestra antigua universidad, lo cierto es que el pote
ncial del sanmarquino es superior al del universo común, sin embargo, la putrefacción de su infraestructura y de las cúpulas que lo dirigen convierte ese valioso diamante en bruto, en bazofia humana, tan inferior a los demás no solo por su capacidad técnica e intelectual, sino por su actitud corrupta, mediocre y vacilante. Salvo honrosas excepciones.
La presente manifestación de mi espíritu en este escrito es más que necesaria, sin embargo insuficiente, es por ello además un llamado a que los espíritus conservadores sanmarquinos unan esfuerzos ante tan execrable mal que nos humilla y nos lleva a una fosa común: el demomarxismo.
Nuestra Universidad, símbolo eterno de inmortalidad de nuestros esfuerzos, es presa de los enemigos de la nación, marxistas, demócratas: populistas sin escrúpulos que utilizan el discurso de la masa para manipularla, el presente constituye para todo sanmarquino ignominia, hoy solo podemos sentirnos orgullosos mirando al pasado, de un pasado corroído por el veneno democrático y sus instituciones, que evitando por un lado categorizar a los alumnos elitistamente y aplicar
políticas universitarias direccionadas a formar a los estudiantes no hace más que echar las perlas al fango. Hoy solo queda de la disciplinada y elitista universidad, un examen de admisión que intenta filtrar los elementos “más capaces”, pero que aun este filtro viene siendo atropellado por las potencias del dinero que por medio de cuantiosas sumas que justifican una “pre” san marcos que prostituye la calidad y el poco status que nos queda; forma sutil y artera de vender (libremercadistas) las vacantes, la materia gris, por valor monetario, típica transacción de los liberales.
En general toda esta actitud es demomarxismo, explicaré a qué me refiero para que sea mi presentación más entendible, el demomarxismo es la actitud popular en su acepción más despreciable, un afán destructivo que merma no solo infraestructura, sino espíritu humano (en este caso el sanmarquino) y su sistema burocrático. El demomarxismo hace apología, elogia, a lo vulgar, no intenta hacer de la masa algo supremo, ni mejor, sino que pone a esta como modelo de belleza, bondad, y perfección. Esta categorización del hombre en función a lo
socio-económico, a diferencia de los elitistas que caracterizamos al hombre no en función a esto, sino al vitalismo de su voluntad, y sus capacidades intelectuales; ah conducido al desintegramiento del espíritu de unidad, en el campo de la ciencia y de los valores tradicionales. El tercio estudiantil, el centro federado, la asamblea de estudiantes, el concejo universitario, son organismos realizados con la intención de quitar poder a la universidad y evitar que pueda disciplinar y educar a sus propios estudiantes, logrando que este hato de crápulas adormecidos por el opio del marxismo y la democracia (ambos populares), olviden sus deberes y la subordinación que le deben a la institución, olviden que han venido a ser instruidos y educados y no a mandar y servirse, este terrible narcótico los hace re-putarse legisladores , dirigentes, administradores; es lo que nos ha hecho presa. La política demomarxista es particularmente, la electoral y la condición demencial electorera de todos los años: sus marchas, sus pintas, su escaso sentido del deber, etc. y su repulsa por lo superior en el hombre, es evidente que todo este fenómeno, es también lo que le pasa a la sociedad en general, sin embargo dentro de un cuerpo autónomo como la universidad, estos estragos no deberían ser tan tormentosos.
Lo electoral debería desaparecer para siempre dentro de la política universitaria, nosotros no fuimos elegidos democráticamente para in
gresar, lo hicimos con sacrificio, esfuerzo y mucha fe en nuestros ideales del conocimiento. La pena más grande es e
l lúgubre aspecto que tenemos como universidad, nuestros muros caídos, nuestros estudiantes coqueando, en los PlayStation, los villares, bares, esta es la imagen que demuestra lo que realmente somos; un puñado de seres categóricamente decadentes, la disciplina ha desaparecido, los profesores son de quinta categoría, amorales, sin respeto por el conocimiento, faltos de puntualidad, de responsabilidad y sobre todo de amor por la investigación.
La amputación del espíritu sanmarquino es parte de un complot por las potencias de la materia, por el odio desenfrenado que tienen a las instituciones elitistas y meritocráticas, hoy puedo decir que sus planes han dado fruto, solo una generación sanmarquina comprometida y dispuesta a hacer política puede limpiarnos de este cáncer; tenemos el deber de ser implacables como el médico al extirpar el tumor.
!En esta obra de reconstitución y venganza no contemos con los hombres del pasado: los troncos añosos y carcomidos produjeron ya sus flores de aroma deletéreo y sus frutas de sabor amargo. ¡Que vengan árboles nuevos a dar flores nuevas y frutas nuevas! ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra!