"Debemos entender que la alta dirección de Sendero Luminoso sale de las universidades públicas, entre estudiantes y profesores. La violencia política tuvo como epicentro a las universidades públicas de provincia y luego se expande por todo el país".
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de San Marcos en la época de la violencia política.
El debate respecto al Museo de la Memoria ha despertado polémica entre personas de diferentes posiciones y ha tomado diversos matices. Dado este contexto, creo pertinente abrir una nueva arista sobre el tema que nos convoca, el de las universidades públicas y su relación con la violencia política. En este post sostengo la necesidad de hacer memoria en y desde estas instituciones educativas para estar seguros que el Museo de la Memoria tendrá imágenes y testimonios del pasado y no represente una amenaza a nuestro futuro como país. Para esto tengo ocho argumentos, de los cuales explicaré tres en este post. En los siguientes post terminaré con el resto de mi argumentación.
1. Las universidades públicas fueron espacios de diseminación ideológica y captación de cuadros para Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Es sabido que los principales líderes de estos grupos subversivos salieron de estas instituciones. En ese sentido, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) postula que no es posible entender el desarrollo de la violencia política sin considerar el sistema universitario.
Informe Final de la Comisión de la Verdad:
1. Las universidades públicas fueron espacios de diseminación ideológica y captación de cuadros para Sendero Luminoso (SL) y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). Es sabido que los principales líderes de estos grupos subversivos salieron de estas instituciones. En ese sentido, la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) postula que no es posible entender el desarrollo de la violencia política sin considerar el sistema universitario.
Informe Final de la Comisión de la Verdad:
"... la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) juzgó conveniente prestar atención al sistema universitario como un espacio fundamental para comprender el desarrollo del conflicto armado interno, pues ha sido una institución referencial en el surgimiento de proyectos subversivos..." Tomo III, Capítulo 3, sección "Las universidades" del Informe Final de la CVR
2. Las condiciones externas e internas a las universidades públicas que sirvieron de combustible para la explosión de la violencia política no han cambiado en términos sustanciales. La CVR señala dos principales condiciones externas y tres internas. Las externas son la masificación del reclutamiento universitario y la caída de la inversión estatal. Las internas se agrupan en tres: La radicalización ideológica y su praxis, la burocratización y el corporativismo gremial. Todos estos factores, tanto los externos como los internos, aún continúan siendo parte de nuestro paisaje universitario.
3. Alberto Fujimori y Abimael Guzmán, ambos protagonistas de la violencia política en la década 1990-2000, estudiaron en universidades públicas y ocuparon cargos en el sistema universitario. Por un lado, Fujimori fue rector de la Universidad Agraria La Molina (donde estudió pregrado) y presidente de la ANR. En toda su trayectoria por el sistema universitario Fujimori usó la mejor herramienta de gestión que conocen las universidades públicas: El clientelismo político. Por otro lado, Abimael Guzmán, quien salió de la Universidad San Agustín de Arequipa (UNSA) y luego fue jefe de personal de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH). Este último hecho fue recordado por Carlos Iván Degregori en el juicio a Fujimori. Degregori declaró que Abimael era quien le firmaba los cheques a él y a los demás profesores de la UNSCH.
3. Alberto Fujimori y Abimael Guzmán, ambos protagonistas de la violencia política en la década 1990-2000, estudiaron en universidades públicas y ocuparon cargos en el sistema universitario. Por un lado, Fujimori fue rector de la Universidad Agraria La Molina (donde estudió pregrado) y presidente de la ANR. En toda su trayectoria por el sistema universitario Fujimori usó la mejor herramienta de gestión que conocen las universidades públicas: El clientelismo político. Por otro lado, Abimael Guzmán, quien salió de la Universidad San Agustín de Arequipa (UNSA) y luego fue jefe de personal de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH). Este último hecho fue recordado por Carlos Iván Degregori en el juicio a Fujimori. Degregori declaró que Abimael era quien le firmaba los cheques a él y a los demás profesores de la UNSCH.
De este modo, tenemos que las universidades públicas “formaron” a las dos cabezas de los bandos enfrentados a muerte en la década de1990-2000. En otras palabras, evidencia la relación histórica entre el sistema universitario y el sistema político de nuestro país. La crisis de los partidos políticos no demuestra necesariamente que las universidades no sean todavía cunas de proyectos políticos o “independientes”. Aquí una pregunta: ¿Quién nos asegura que no hay por ahí un "docente loco" de una universidad de provincia (o de Lima) haciendo una "revisión de la lucha armada" junto con algunos colegas suyos?
Aquí el post Hacer memoria en y desde las universidades públicas 2.
3 comentarios:
Estimado Franklin:
La cuestion planteada es lucida. Siendo la universidad pública la que formo tanto a AG como AF, cabria preguntarnos que puede ocurrir en el futuro? El tema es crear una cultura diferente dentro de la misma universidad publica. Esto es un tema cultural pero sobretodo material. Como se recuerda,las condiciones externas e internas que motivaron la violencia extrema en los claustros no han cesado...
Saludos,
CZG
César:
Por un lado, cabe anotar que los conflictos sociales están aumentando en un contexto de crisis internacional. No se sabe si los conflictos seguirán aumentando por la crisis. No obstante, lo que es cierto es que las universidades públicas no serán objetos de política de estado alguna en lo que resta del gobierno. Por ello, las condiciones, al menos externas no cambiarán con respecto a las previas a la explosión de la violencia política.
Por otro lado, la gran diferencia es que San Marcos ya no es una universidad de mayoría provinciana o de hijos e hijas de provincianos como lo fue en la época previa a la violencia política. Es una universidad de jóvenes nacidos en Lima y pertenecientes a clases medias. En otras palabras, San Marcos es mesocrática. Por ello, las condiciones internas si han cambiado. Es poco probable que en San Marcos algún discurso de la lucha armada incube. Mas bien creo que en estos años el promedio de sanmarquinos es "politicamente correcto (no intransigente)". No obstante, debemos anotar que el buró político de Sendero Luminoso estaba conformada por "ideólogos" que no eran los que planeaban los atentados. Es decir, a SL (u otro potencial grupo subversivo) no le interesa la masa estudiantil de San Marcos, le basta contar con profesores y alumnos que piensen y armen su "doctrina".
Con estos dos puntos busco complejizar más el asunto porque de lo que se trata, me parece, es evitar las lecturas pre-cocidas y elaborar las preguntas correctas: ¿Es probable que algún movimiento o partido que apueste por "la lucha armada" brote de las universidades públicas en el actual contexto?
¿Qué se puede esperar de las universidades públicas en términos políticos? ¿proyectos autoritarios (de derecha o izquierda), partidos nuevos renovadores de la democracia o simplemente profesionales acríticos?
Nos vemos
Franklin:
Efectivamente, esas preguntas son válidas. Pero creo que la respuesta no es fácil. Yo mas bien, por ahora, estoy casi seguro que el efecto inmediato de la violencia politica en SM, produjo en los 90s universitarios acriticos. La pregunta seria el termometro ha variado en algo desde entonces?. Creo que en algo puede estar mejor la cosa, pero cuanto?... de esta respuesta depende que tanto esperamos de la universidad publica y de los proyectos que pueden albergar...
saludos,
CZG
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