Es mejor ver en los conflictos sociales y la situación en la UNMSM un abanico de retos para la democracia, la autonomía universitaria y el ejercicio de éstas en la universidad. Es mejor ubicar a la universidad en su respectivo contexto: un frágil proceso de reapertura democrática post Fujimori, post violencia política.
La explicación de las protestas y de la violencia dentro de la UNMSM tiene poco que ver con la utilización que hace Sendero Luminoso de los reclamos estudiantiles. Estos acontecimientos se deben a la reapertura de espacios y oportunidades políticas propias el actual proceso de transición democrática que viene dándose en el país y en por ende, en la universidad.
Se puede decir que hasta cierta medida las protestas en la UNMSM estaban “cantadas”. Por ejemplo, la toma del local del Centro de informática (CINFO) era cuestión de tiempo. En 1995, la Comisión Reorganizadora UNMSM (controlada por Fujimori) inicia un progresivo desalojo de estudiantes de las residencias de la universidad [1]. Posteriormente (1998), la comisión transforma un pabellón entero de la Residencia de ciudad universitaria en el CINFO.
Ya pasaron más de 10 años desde entonces. Con la vuelta a la democracia y la autonomía universitaria era lógico pensar que la demanda para “devolver” el local a la Residencia Universitaria surja y tomé fuerza con el tiempo. Ya son meses que el local original del CINFO esta tomado por los residentes. La protesta para mejorar el Comedor UNMSM de ciudad universitaria obedece a las mismas causas: En democracia y con autonomía universitaria los costos de la participación política se reducen. En otras palabras, hoy en día es menos riesgoso participar y organizarse entorno a las reivindicaciones estudiantiles que en el pasado, con Fujimori, en el que la expulsión selectiva de estudiantes y docentes opositores era una realidad y una amenaza.
El gran “aporte” del actual rector es haber acelerado, con su incapacidad y desaciertos, el proceso de reapertura de espacios y oportunidades políticas cerradas en la última década del siglo pasado (1990-200).Una reapertura caótica y conflictiva.
¿Por qué no surgieron conflictos sociales con el ex rector Manuel Burga? Sí hubo, pero éstos fueron menores en comparación con los surgidos con Luís Izquierdo. El gran “aporte” del actual rector es haber acelerado, con su incapacidad y desaciertos, el proceso de reapertura de espacios y oportunidades políticas cerradas en la última década del siglo pasado (1990-200). Una reapertura caótica, con organizaciones estudiantiles débiles y en un contexto cultural predominantemente individualista. Una transición democrática viciada por la desinformación, el clientelismo y la corrupción. Este débil proceso de transición democrática responde más a factores estructurales (reglas de juego y cultura política) que a la “gestión” de una autoridad universitaria específica.
En este marco, la competencia por representar la demanda estudiantil en la UNMSM se da, sobre todo, entre organizaciones estudiantiles de izquierda, las cuales suelen confundirse como senderistas. La presencia de senderistas (y prosenderistas) en la universidad es marginal. Marginal porque son poquísimos, están desprestigiados y compiten con organizaciones políticas mejor posicionadas. Además es probable que ahora sean tan pragmáticos y “prebenderos” como lo fueron en el gobierno de Fujimori. Cabe recordar que muchos estudiantes y docentes senderistas y “radicales” se volvieron colaboradores del régimen fujimorista.
Por ello, es mejor ver en los conflictos sociales y la situación en la UNMSM un abanico de retos para la democracia y su ejercicio en la universidad. Es mejor para el debate ubicar a la universidad en su respectivo contexto: un frágil proceso de reapertura democrática post Fujimori, post violencia política.
Las lecturas que exaltan la presencia de Sendero Luminoso en la UNMSM y le echan la culpa a su rector dificultan quitar el manto de prejuicios sobre los sanmarquinos y ver las causas estructurales de la situación de la universidad. Hay que superar estas lecturas.
[1] Entre los años 1995 y 1998, el número del total estudiantes residentes de la universidad cae de 350 a 78./Fuente: Compendios Estadísticos 1995-1998 de la UNMSM.
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